Iglesia Sta. Mª Magdalena

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ituada en el barrio del Cinto, próxima al Palacio Episcopal, debió ser la iglesia principal en tiempos de los visigodos, mezquita en la dominación árabe y parroquia de toda la nobleza turiasonense después de la Reconquista de la ciudad por Alfonso el Batallador en 1119 e, incluso, fortaleza en tiempos de luchas y conflictos urbanos. En ella se celebraron Cortes del Reino, en su puerta se verificaban las subastas oficiales y en su plaza se reunía el Concejo Municipal.

Reconstruida tras la guerra de los dos Pedros (1356 – 1361), los elementos constructivos más antiguos conservados son románicos, de finales del siglo XII. A esta época pertenecen los ábsides. El ábside norte y una parte del central quedan ocultos por la balconada que corona la antigua puerta de Lizares. Los ábsides laterales disimulan su forma curva tras un muro recto. Exteriormente, la cabecera no refleja su configuración interior. Desde el punto de vista estético se caracteriza por su austeridad ornamental. Las ventanas no tienen escultura y la mayoría de los modillones en los que apoya la cornisa carecen de decoración. Sólo cabe señalar las dos columnas, cada una superpuesta a otras dos de menor circunferencia (sólo  visible la meridional) que terminan en un sencillo capitel.  La portada principal está situada en el tercer tramo de la nave del Evangelio. Se trata de un arco apuntado con tres arquivoltas descansando sobre columnillas con capiteles vegetales de alabastro. Está rematada por una hornacina con la imagen de Santa María Magdalena, siguiendo prototipos románicos. Existe una entrada secundaria accediendo por una escalera exterior que bordea los ábsides y que termina en un balcón, desde donde se puede contemplar la parte baja de la ciudad.

Espigada y esbelta, de gran pureza de líneas y una sencilla elegancia en sus adornos de ladrillo saliente y con aires de fortaleza, la torre de la Magdalena es uno de los signos de la Tarazona mudéjar y uno de los elementos más característicos de la ciudad. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) dentro de la categoría de monumento en febrero de 2004. Está adosada a los pies de la nave de la Epístola, sobre el cortado de la antigua morería, y es de planta cuadrangular. Consta de cuatro cuerpos con una altura de 42 metros. En su construcción se diferencian tres fases, las dos primeras de época medieval, aunque desde el exterior solamente son visibles dos. Fue levantada en varios momentos, a lo largo de períodos de tiempo muy extensos, el más importante, en torno al segundo cuarto del siglo XV. Un primer cuerpo de piedra sillar, obra románica del siglo XII con alguna marca de cantero, que encierra una escalera de caracol que sirve de basamento y antiguo campanar anterior a 1409, fecha de la campaña de reconstrucción después de la guerra de los dos Pedros. Este primer cuerpo llega hasta el nivel de las capillas. La segunda zona compuesta de ladrillo alcanza una altura importante. Del siglo XV y comienzos del XVI, es de estructura y estilo mudéjar. En ella trabajaba en 1503 el maestro Mahoma el Rubio. La decoración está compuesta por esquinillas, finos dibujos de ladrillo dentado, zig-zags y rombos que sirven de base a un doble vano apuntado dentro de otro de medio punto y más arriba, a tres ventanas de perfil apuntado. En su interior, la escalera de caracol deja paso a una solución habitual en la arquitectura mudéjar, el cierre por aproximación de hiladas, que consiste en un machón central de planta cuadrada en torno al que se desarrolla una rampa cubierta mediante bovedillas. Aquí termina la torre medieval. La tercera y última parte de la torre es un recrecimiento posterior, de principios del siglo XVII, y en ella destaca un gran arco de medio punto en cada una de las cuatro caras y la decoración sigue el estilo de la fábrica medieval.

El edificio de tres naves erigido a partir de 1409 se cerró con un sistema de techumbres de madera sobre el que apoyaba directamente el tejado. La estructura medieval debió conservarse hasta 1694-1699, cuando Gregorio León procedió a desmontar la techumbre de la nave central para ganar altura y a enmascarar la cubierta de madera de las naves laterales con bóvedas de cañón con lunetos y de aristas. La restauración del templo efectuada en 1963 a instancias de la Dirección General de Arquitectura procuró recuperar el aspecto primitivo en la medida en que esto era posible. Al suprimir la bóveda de la nave del Evangelio apareció la techumbre de madera con la decoración heráldica pintada en sus hileras. Se eliminaron los añadidos superpuestos al ábside y el revoco de los pilares, dejando a la vista los sillares.

El retablo mayor oculta el ábside central, aunque enriquece el aspecto interior del templo. En 1556 el Cabildo Catedralicio encarga a Pascual de Soria la ejecución de una arquitectura de madera en la que se ensamblarían paneles pintados. En mayo de 1557, Martín de Ahumel completaría el trabajo. Las pinturas, fechadas en 1566 se atribuyen al pintor Pietro Morone y constan de 21 tablas. Las de la zona alta destacan por su mayor calidad y narran episodios de la vida de la titular del templo, María Magdalena.

Cuadernillo didáctico y guía del monumento: Cara a Cara con el Patrimonio. La Iglesia de Sta. Mª Magdalena.

Visita virtual a la Iglesia de Santa María Magdalena

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